Desde propuestas de matrimonio a longevos atletas bomberiles.
Dentro de las particularidades de Corremos por la Vida 2024 hubo notables anécdotas y entrañables momentos que dieron marco a la actividad bomberil subiendo el edificio más alto de Sudamérica.
Sorprendió una pareja de voluntarios que, en la tarima, a los pies de la torre, tuvieron unos instantes para hablar de su amor. Allí, el voluntario Juan Miranda se arrodillo y le propuso matrimonio a Viviana Espinoza. «Te amo y quiero casarme contigo. ¿Aceptas?». En medio de la algarabía que generó la escena entre el público, ella dijo la frase mágica: «Sí, acepto». Brotaron los aplausos y vivas de entre los asistentes.
Ambos ya habían subido los 62 pisos y lucían sus medallas que testimoniaban el esfuerzo, por lo que además de la misión cumplida en lo bomberil tenían la misión de vida sentimental.
También llamó la atención que muchos de las bomberas y bomberos lucían en sus cascos las fotos de los cientos de pacientes que esperan órganos para un trasplante. Otro de los grandes motivos que reunieron a los voluntarios para correr a las alturas.
Más historias surgen cuando personal de la Embajada de los Estados Unidos se sumó al evento. Fue el caso de Richard
Yoneoka, ministro consejero y jefe de Misión Adjunto de la legación diplomática, quien subió los 62 pisos junto a su esposa, Kathrin, y dos de sus tres hijos.
También los acompañaron otros miembros de la embajada, algunos de los cuales son bomberos.
«Somos socios con Bomberos; ellos arriesgan su vida cada dia, y esto les ayuda a ser conscientes de su estado de salud. Nosotros como familia no nos preparamos, pero tenemos fe», dijo
Yoneoka.
¿Más historias? La de don Ciro Cornejo, Voluntario Honorario de la 18ª Compañía «Vitacura», del CBS, quien a sus 75 años subió a la cima del Costanera Sky con equipo completo. «Siempre me mantengo en forma. Entreno y compito como atleta, siempre preparado para el servicio», dijo al contar su secreto.