Analía León comparte su tiempo entre sus estudios, el deporte y su preparación para el futuro en el servicio.
Con 17 años es una promesas del karting y también de servicio bomberil por la comunidad. Se trata de Analía León, Brigadier de la Decimoctava Compañía «Vitacura», del Cuerpo de Bomberos de Santiago (CBS).
Recientemente, la joven deportista logró el bicampeonato al imponerse en la pista con los colores del T&T Racing, certamen organizado por América Karting Social Club, subiendo al podio con la bandera de su Compañía, la que lució con una mezcla de júbilo y orgullo.
«Se trata de una competencia amateur, pero es el primer paso para lograr a futuro la licencia de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA)», sostuvo Analía, quien agregó que «quiero llegar a correr en las Fórmulas, para lo cual requiero la licencia de la FIA y es un camino largo, pero ya estoy encaminada en esto».
La Brigadier de la Decimoctava Compañía vive entre dos mundos: el de los «fierros», como se llama popularmente al automovilismo, y su vocación de ayuda a la comunidad, para lo cual se prepara los fines de semana en el Cuartel junto a sus compañeros y compañeras del estamento juvenil. «Ha sido complicado, pero igual me he hecho el tiempo para las prácticas de la Compañía y las carreras… Y si estoy muy complicada se debe dejar de lado la carrera», contó Analía.
La vocación
¿Puede contar algo más de la vocación bomberil?
Siempre he tenido vocación de ayuda a las personas, especialmente en emergencias. A los 13 años tomamos con la familia cursos de primeros auxilios, y a los 15 hice unas prácticas sobre eso y fui a la Decimoctava Compañía.
Más allá del karting, ¿Qué otras aspiraciones tiene Analía?
Quiero ser rescatista de emergencia, por lo que debo estudiar una carrera del aérea de la salud.
Una de las similitudes entre lo bomberil y el deporte, según contó la joven Brigadier tiene que ver con el cuidado y el manejo en situaciones especiales: «Cuando me inicié en el karting me dio miedo el subirme y manejar un kart profesional, pero ese miedo fue bueno, porque me ayudó a poner límites, a ser segura en todo lo que hago».