Resultó gravemente herido en incendio que afectó propiedad de Moneda y Bandera.
Siendo 05:10 horas de la madrugada del 18 de mayo de 1944, se dio la alarma de incendio en las calles Moneda y Bandera, en la comuna de Santiago. Durante las labores de extinción, se produjo el derrumbe de un techo y un estanque de agua hirviendo, cayendo ambos sobre el voluntario de la Quinta Compañía, Augusto Salas Bravo, causándole graves quemaduras.
Luego de recibir las primeras curaciones en la Asistencia Pública, fue trasladado a la Clínica Alemana, lugar donde fallecería a las 15:55 horas. La crónica fidedigna de su martirologio la entrega la Memoria del Cuerpo de Bomberos de Santiago correspondiente al año 1944.
“AI despuntar el alba del 18 de mayo, el Voluntario Salas se encontraba empeñado en Ia extinción del incendio que se había declarado, momentos antes, en la calle Moneda esquina de Bandera, sitio fatídico como que fue allí donde sucumbió Guillermo Santaella dos años antes”.
“El fuego se paseaba triunfante por ambas alas del edificio amagado y con extraordinaria voracidad consumaba su obra destructora, gozoso de su potencia, castigando con sus llamas y su humo a quienes se oponían a sus ansias, como Augusto Salas Bravo, que dirigía vigorosamente su pitón acompañado de otros voluntarios”.
“En medio del fragor del incendio, Augusto Salas fue aplastado por el derrumbe del techo, encima del cual se hallaban los estanques alimentadores de agua del edificio. El líquido, hirviente, se vertió sobre eI Voluntario Salas que se encontraba empeñado en Ia extinción del incendio”.
El fallecimiento de Augusto Salas Bravo se inscribe en una serie de hechos luctuosos desde el 12 de julio de 1941, cuando falleció el acto del servicio el Voluntario de la 9ª Compañía Alberto Vilar Donati, y el 23 de enero de 1942, una emergencia cobró la vida del Guillermo Santaella Aros, de la 10ª Compañía, en el mismo lugar donde falleció el “quintino”.
Más antecedentes en el libro “Firme la Quinta”, de Agustín Gutiérrez Valdivieso
“En el libro de Guardia el Tte. 2º don Carlos Swinburn Herreros anota la siguiente relación del incendio que costó la vida a nuestro compañero Augusto Salas Bravo:
“INCENDIO.- A las 5.10 de la madrugada se dio la alarma de incendio y se indicó como lugar amagado el edificio situado en la calle de Moneda esquina Sur Poniente de Bandera, ocupado por oficinas de profesionales en los altos y por negocios de fuente de soda, restaurantes y floristas en el primer piso. El fuego apareció en el segundo piso y la Compañía armó 5 pitones: 2 por el techo, 2 por los balcones del segundo piso y el 5º por la escalera de madera que comunicaba el primero y el segundo.
“A las 6.10 A.M. se retiraron los pitones del techo, quedando solamente los tres restantes, con lo que se trabajó hasta la retirada de la Compañía a las 7 A.M. Asistieron 14 honorarios y 28 activos y el material empleado fue gemelo de 70X50; 2 de 50X50; 12 mangueras de 70, 19 de 50 y 5 pitones de 50.
“ACCIDENTE.- A las 5.50 de la madrugada, en circunstancias en que el incendio se encontraba casi dominado y el personal de la Compañía dedicado a la extinción de los escombros, se produjo de súbito el derrumbe de un techo en el interior del edificio y, como consecuencia de esto, sobrevino la desgracia que paso a relatar.
“En uno de los pitones que la Quinta tenía colocado en el interior del edificio se encontraban los voluntarios Luis Oportot y Oscar Bascuñán, situado este último en el acceso al segundo piso. Subía en dirección a ese pitón, por la escalera de madera, el voluntario Augusto Salas con el objeto de relevar al compañero Oportot, en cumplimiento de una orden recibida.
“En el momento en que ascendía Salas por aquellas escaleras se produjo el derrumbe del techo sobre el descanso de la misma, arrastrando a aquel violentamente hasta el entrepiso, cayendo, además, un gran estanque con agua, cuyo contenido se encontraba hirviendo debido al calor del incendio y que se vació sobre el cuerpo de nuestro compañero Salas, produciéndole atroces quemaduras.
“Con la presteza que el caso requería, se extrajo de entre los escombros al voluntario Salas, quien, con esa hombría y entereza que siempre lo caracterizaron, quiso trasladarse por sus propios pies, ayudado por dos de sus compañeros, hasta el carro de la Asistencia Pública, que se encontraba en los alrededores del siniestro.
“Los voluntarios Oportot y Bascuñán, que estaban en el 2º piso no sufrieron en toda su intensidad los efectos del derrumbe, recibiendo ambos solamente golpes y rasmilladuras, las que a Dios gracias, no alcanzaron la gravedad que era de temer.
“El Cirujano de la Quinta, doctor Ernesto Prieto Trucco, lo hizo trasladar a la Clínica Alemana y diagnosticó que la muerte de Salas era inevitable y que fatalmente ocurriría muy pronto. Se le hizo una transfusión de sangre, la que dio el Teniente 1º Fernando Montaner. El presbítero don Jorge Gómez Ugarte acudió a prestarle los primeros auxilios religiosos que Augusto Salas recibió en plena lucidez. A las 15.55 horas entregó su alma a Dios.
“Sus funerales se efectuaron el 20 de mayo. Fue sepultado en el Mausoleo del Cuerpo. La Quinta le rindió los mayores honores e hizo imprimir una corona fúnebre en homenaje a su memoria. En esa memoria se insertan discursos y homenajes póstumos”.
- Retrato al óleo del Mártir Augusto Salas Bravo.
- El Mártir Augusto Salas Bravo de civil.
- Placa de mármol que recuerda al Mártir de la Quinta Compañía, en el lugar de su muerte, en Moneda y Bandera.
- En el sector también hay una placa que recuerda la muerte del Mártir Guillermo Santaella Aros, de la Décima Compañía, quien falleció en el incendio que dos años antes afectó el mismo lugar.